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Lección de Escuela Sabática
DILE NO A LAS DEUDAS
Lee Deuteronomio 28:12 ( CB ) . ¿Qué nos enseña esto acerca de endeudarnos demasiado? ¿Qué principio obra aquí?
Es cuestión de sentido común evitar las deudas por todos los medios. La Biblia también nos aconseja que evitemos salir de garantes de las deudas de otras personas (Prov. 17:18 ( CB ) ; 22:26 ( CB ) ). Las deudas influyen en el futuro y nos obligan a someternos a sus demandas desde nuestra condición de debilidad financiera. Son un elíxir suave que a los cristianos se les hace difícil rechazar y administrar. Las deudas tal vez no sean inmorales, pero no fortalecen nuestra vida espiritual.
“Hay que tener estrictamente en cuenta la economía, porque en caso contrario se contraerán deudas. Manténganse dentro de los límites. Apártense de la deuda como se apartarían de la lepra” (CMC 286).
El endeudamiento puede convertirse en sometimiento financiero que nos haga “siervos del prestamista” (Prov. 22:7). Debido a que las deudas están tan entretejidas con la estructura de nuestro mundo económico, pensamos que son la norma. A fin de cuentas, hay naciones enteras que están endeudadas. ¿Por qué las personas no deberían hacer lo mismo? Esta es una actitud equivocada.
“Haga un pacto solemne con Dios prometiendo que mediante su bendición pagara´ sus deudas y luego a nadie deberá nada, aunque viva solamente de gachas y pan. Resulta muy fácil al preparar la mesa para la comida sacar de su cartera y gastar veinticinco centavos en cosas extras. Cuide los centavos y los pesos se cuidarán solos. Son los centavos aquí y los centavos allá gastados para esto, aquello y lo de más allá, que pronto suman pesos. Niéguese a complacer el yo, por lo menos mientras esta´ asediado por las deudas. [...] No vacile, no se desanime ni se vuelva atrás. Niéguese a complacer su gusto, niéguese a satisfacer la complacencia del apetito, ahorre sus centavos y pague sus deudas.
Elimínelas tan pronto como sea posible. Cuando nuevamente sea un hombre libre, no debiendo nada a nadie, habrá alcanzado una gran victoria” (CMC 271).
La deuda es un cimiento débil para los cristianos. Puede perjudicar nuestra experiencia espiritual e impactar en nuestra capacidad de financiar la obra de Dios. Nos priva de nuestra capacidad de dar a los demás con confianza y nos quita oportunidades para recibir las bendiciones de Dios.
¿Qué decisiones puedes tomar ahora que te ayuden a evitar deudas innecesarias? ¿Qué necesitas para negarte a ti mismo a fin de estar libre de deudas?